El deber de persuadir científicamente
Los pacientes son quienes tienen el derecho a decidir sobre cualquier cuestión que afecte a su salud. Es un deber ético reconocido también como derecho la Ley 41/2002, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica. Por eso, cualquier intento de influir o manipular sus verdaderas preferencias debe ser visto y entendido como una mala praxis clínica, tanto desde el punto de vista profesional como ético.