lunes, 3 de junio de 2013

Lunes, no es tan mal día

Si has de operarte, mejor en lunes

Los lunes fastidian a cualquiera, suponen tal latigazo al dulce abandono del fin de semana que a uno se le atraviesan en el estómago como el nudo de un gran disgusto. Por mucho que uno se mentalice, ya el domingo por la tarde los nervios comienzan a merodear el manantial del ánimo y cuando al día siguiente suena el despertador, tras un sueño superficial y ligero por el exceso y desajustes de los días anteriores, se echa el pie al suelo sabiendo que, irremediablemente castigados como Sísifo, una semana más hay que volver a subir la piedra montaña arriba. Tan mala e internacional fama tienen los lunes que el grupo musical The Boomtown Rats compuso una canción, "I don't like Mondays", que proclamaba a los cuatro vientos la universal antipatía que en todo el mundo despiertan. Pues bien, no para todo parecen malos los lunes, que si has de operarte, si has de permitir que el bisturí abra tus carnes, mejor hacerlo en lunes.


Eso es lo que parece desprenderse de un estudio que acaba de publicarse en BMJ en el que se analiza la mortalidad postoperatoria a los 30 días de la intervención en todos los pacientes sometidos a cirugía a lo largo de tres años en los diferentes hospitales ingleses. En comparación con los pacientes que se operaron en lunes, quienes lo hicieron cualquier otro día de la semana tuvieron una mortalidad mayor, con especial significación y magnitud en aquellos que pasaron por el quirófano los viernes o durante el fin de semana. La probabilidad de morir de quienes se operaron el viernes era un 44 % mayor que la de quienes se operaron en lunes y un 82% mayor la de los que lo hicieron en fin de semana. En el estudio solo se tuvieron en cuenta las cirugías de carácter programado, descartándose, por tanto, la influencia de las actuaciones urgentes, y los resultados mencionados se obtuvieron tras ajustar por cualquier otra variable conocida (edad, sexo, co-morbilidad, riesgo del procedimiento, etc) que hubiera podido condicionar "a priori" cualquier diferencia en la mortalidad de los pacientes.

¿A qué puede deberse esto?. ¿Por qué quienes se operan en viernes o en fin de semana tienen más riesgo de morir?. ¿Es fruto de alguna maldición divina por no respetar las horas sagradas del "shabat"?. Se apuntan dos posibles explicaciones

1.. Que los equipos médicos que operan los fines de semana sean diferentes y peor preparados que quienes practican la cirugía el resto de la semana. Aquí, en España, yo creo que no se opera de forma programada los fines de semana, aunque si se hiciera, es probable que los contratos para hacerlo recaerían en las personas con una situación más inestable desde el punto de vista laboral y, por tanto, con menos experiencia y posibilidades de formación. Y esto, ciertamente, podría ser un factor determinante de la calidad y de los resultados conseguidos. Esta situación es la que parecen querer hacernos entrever con esta primera explicación.

2.- Que la reducción de personal que se produce durante los fines de semana repercuta en las posibilidades de solucionar cualquier complicación post-operatoria grave que pueda sufrir el paciente y cuya aparición es mucho más frecuente en las 48 horas siguientes a la intervención quirúrgica. Basta haber pasado un fin de semana en un hospital, como profesional, como paciente o como familiar de paciente para darse cuenta de la carga de razón que lleva esta hipótesis. Hay que cruzar los dedos para que nada ocurra.

Sea como fuere, el estudio citado viene a restaurar el prestigio y la mala imagen de los lunes como día nefasto para el transitar de los hombres: si has de operarte hazlo en lunes y deja los viernes y el fin de semana para solazarte con los jugos de la vida. Y para recuperar fuerzas y volver a levantar la piedra una vez más semana arriba, absorbido por la rutina de los días. 



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