martes, 29 de enero de 2013

El picotazo de una pulga

Empresas farmacéuticas y prácticas corruptas


Una gran compañía farmacéutica  Eli Lilly & Co, ha sido condenada a pagar 29,4 millones de dólares (22,3 millones de euros) por saltarse las leyes de USA que regulan las prácticas corruptas en el comercio exterior (Foreign Corrupt Practices Act). La noticia salió a finales del año pasado en BMJ (Eli Lilly settles corrupt foreign practices complaint for $29.4m) y la resolución completa de la US Securities and Exchange Commisison es accesible por internet (ver sentencia).

Las prácticas denunciadas tuvieron lugar en China, Brasil, Polonia y Rusia y básicamente consistieron en lubricar con dinero y regalos, con mucho dinero, el engranaje político-administrativo y profesional de estos países para vender sus productos. No creo que a nadie nos pille de nuevas estos comportamientos. Desde antiguo se sabe que no hay mejor moldeador de voluntades que el dinero, que allí por donde circulan los billetes se desbrozan veredas, se allanan caminos y hasta, si se ve necesario,  se hacen autopistas y hasta aeropuertos. Y claro, como las farmacéuticas no andan escasas de esa materia prima la utilizan allí donde les place. Además de Lilly, lo ha hecho también Pficer (Pficer acuerda una multa millonaria por sobornos) GlaxoSmithKline (GlaxoSmithKline agrees to pay $3 billion in largest U.S. healthcare fraud settlement) y , según el artículo de BMJ, se está investigando a Bristol-Myers Squib, Johnson & Johnson y Merck, en fin, que parece que no es cosa ocasional o de puro despiste.

Y nosotros aquí dándole vueltas al copago y al euro por receta. Porque claro, si ellas venden mucho, si fuerzan torticeros su máquina de ventas, quienes lo tienen que pagar son los consumidores, porque la obligación del consumidor es consumir y pagar por lo consumido, que ellas están, precisamente, para hacernos consumir y para ganar dinero, cuanto más mejor, y así poder seguir allanando caminos, haciendo autopistas y hasta túneles en las montañas si se da el caso. 

En fin, es una lucha de pulgas y elefantes. Si te pisan te aplastan. La única defensa es picar y picar, a ser posible en un lugar alejado de la trompa o de cualquier otro apéndice móvil, para que no puedan rascarse. Que por lo menos tengan algo de desazón en el cuerpo. 

Espero que esos milloncitos de multa no solo les habrá picado, sino hasta escocido un poco.


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