martes, 12 de marzo de 2013

Pues sí, los médicos aumentan la productividad

Más médicos y menos competencia para mejorar la eficiencia

Ya dijimos aquí en una anterior entrada que el NHS, dentro de la gran fiebre de recortes que recorre Europa, se ha propuesto ahorrar 20.000 millones de libras en cuatro años, supuestamente por la vía de las mejoras en la eficiencia y el aumento de la competencia entre proveedores. El gran límite que se ponían para esa medida era la calidad asistencial y la seguridad de los pacientes, que no debería verse erosionada en modo alguno. A este respecto, el feo asunto del aumento de la mortalidad en el Mid Staffordshire NHS Foundation Trust, que todavía llena las páginas de la prensa especializada, ha hecho saltar la alarma de que esos límites se podían estar sobrepasando con creces.
Pero además, en un informe de diciembre pasado de la National Audit Office que también trajimos aquí a colación, se señalaba que los 5.900 millones que se habían ahorrado hasta ese momento se habían logrado a costa de lo fácil y rápido (reducción de tarifas, bajada de sueldos, despidos, contratos precarios, supresión de las inversiones de capital, etc) y que era a partir de ese momento cuando tocaba roer la parte ósea, dura como el granito. Este mismo mes acaba de publicarse un nuevo informe sobre la "anatomía del gasto sanitario en el NHS", elaborado por el Nuffield Trust, un centro independiente de estudios sobre política sanitaria, que ha merecido una reseña especial en BMJ y en el que se señalan algunos hallazgos de bastante sustancia.

No es que esté obsesionado por el funcionamiento del NHS, que si os digo la verdad me trae al fresco. Simplemente miro con lupa lo que allí ocurre como gran banco de pruebas para las diferentes reformas que se están poniendo en marcha, muchas de las cuales se barruntan en la intención de algunos de nuestros responsables políticos. Y por eso, porque también es posible aprender de la experiencia ajena, incluso es más recomendable que la propia si de ella se derivan coscorrones o abolladuras, conviene tener en cuenta algunas de las conclusiones del citado informe:

1.- En primer lugar, que el gasto de la atención hospitalaria ha seguido creciendo y a un ritmo mucho mayor que el de la atención primaria, lo que pone en duda que se esté logrando uno de los aspectos fundamentales del cambio del modelo asistencial: trasvasar  gran parte de los servicios asistenciales al ámbito de la atención primaria. 

2.- El porcentaje de proveedores (trust) en déficit ha aumentado de forma constante desde 2007/8, lo que indicaría que los problemas de financiación están lejos de desaparecer.

3.- La productividad no ha mejorado y sigue siendo baja ("tercamente estancada", según palabras de la directora del estudio) en especial en los grandes centros hospitalarios, sobre todo en los que desarrollan docencia de pre y pos-grado e investigación.

4.- La productividad es significativamente mayor en aquellos "trust" con una mayor proporción de personal médico y en aquellas áreas donde hay pocos competidores.

El caso de la menor productividad de los grandes centros docentes e investigadores puede entenderse por el hecho de que ni la docencia ni la investigación cuentan como resultado a la hora de hacer la valoración económica, pero lo realmente llamativo es que allí donde hay una mayor proporción de personal médico la productividad es mayor, -quizá, se apunta, porque entonces la atención a los pacientes es más efectiva desde le principio del proceso- y que también esta productividad sea mayor en las áreas con menor competencia, lo que señalaría que la estrategia seguida de conformar un mercado de competencia con el sector privado como elemento de mejora de la eficiencia es una gran equivocación.

Así podíamos resumir el comentario de Zosia Kmietowicz en la reseña mencionada del BMJ: más médicos y menos mercados competitivos para mejorar la eficiencia.

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