sábado, 2 de marzo de 2013

El sexo es bueno para todo

Sexo para acelerar el parto

¡Ya me fastidia!. Resulta que hacen un ensayo clínico para comprobar si mantener relaciones sexuales en las últimas semanas de la gestación es efectivo para acelerar el comienzo del parto y resulta que no tiene ningún efecto. ¡Válgame dios, vaya planchazo!. Bueno, ningún efecto salvo el gustirrinín que hayan podido proporcionarse los participantes, que no es poco beneficio, pues más vale una leve mota de dulce de orgasmo que esa interminable lista de posibles efectos secundarios que uno puede esperar si participa en el ensayo de cualquier otro medicamento.  


A mi me da que no han sido demasiado precisos con la dosis y eso que en cualquier ensayo clínico esa cuestión es de vital importancia. Que no es lo mismo una cucharadita de caldo que cazo y medio de sopa. Y seguro que cualquier remedio requiere una dosis mínima para tomar efecto y que los cuerpos entren en caja. Los investigadores se limitaron a aconsejar a las 1.200 mujeres que participaron en el ensayo que no era en absoluto perjudicial o problemático frotarse los timbres de la puerta de Venus en las últimas semanas del embarazo; es más, que podía ser incluso beneficioso para quitarse de forma más rápida la hinchazón de la tripa, aunque esto último, motivo del ensayo, se lo aclararon como secreto especial solo a una mitad de ellas. Claro, con unas indicaciones tan imprecisas uno se limita a tomar la medicina cuando se acomodan los astros y le viene al gusto y no se sigue esa pauta regular exigida a otros tratamientos y tan necesaria para dominar los resortes del cuerpo y guiarlo contumaces al redil de la meta terapéutica.

De cualquier forma, el consejo pareció efectivo y tuvo una alta adherencia en ambas ramas del ensayo, en quienes solo sabían que meterse una alegría al cuerpo no era perjudicial para el embarazo y en las que, además, estaban convencidas de que una considerable ración de sexo, sencilla o doble allá cada cual, podía acelerar su parto. Pasaron todas de no haber probado bocado (por voluntad propia) en las seis semanas anteriores a su visita al médico a darse entre 2 y 3 revolcones de media cada una, respectivamente, en las 3 semanas que mediaron desde esa visita hasta el parto. Bueno, como ya digo, la dosis (una vez por semana las más activas) más bien parece raquítica, un tanto homeopática, aunque hay que tener en cuenta que con semejante impedimenta en la tripa tampoco se puede pedir mucha más disposición a esa clase de gimnasia.

Que bueno hubiera sido que este gran ensayo hubiera demostrado tener efectividad terapéutica. En lugar de rotura manual de membranas y goteros de oxitocina, una buena dosis de jarabe de coyunda y a parir por lo natural, con la sonrisa en la boca, los músculos aflojados y el buche lleno de gollerías. La mujeres y sus parejas, que a todos haría provecho esa medicina.

Y los medicamentos e intervenciones que se hubieran evitado, ahora que tan necesitados estamos de quitar lastre.



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