miércoles, 20 de febrero de 2013

El abismo infranqueable

El eterno problema de la coordinación AP-AE

Si a cualquiera de nosotros, tras llegar a una ciudad lejana en el más moderno y supersónico de los aviones, nos dejaran tirados en el aeropuerto, sin posibilidad de comunicación con la ciudad de destino (¡ahí te quedas!) o con unos medios de transporte tan desacompasados de horario con la llegada de nuestro vuelo que tuviéramos que esperar tanto tiempo como el que ha durado el propio vuelo, pensaríamos que quien ha pensado eso es un cretino o directamente un canalla. No se entiende que los diferentes medios de transporte que han de llevarnos hasta nuestro destino no estén coordinados en horarios y puntos de acceso para que el viaje resulte cómodo, fluido y sin esperas que amarguen y crispen la paciencia.


Con más motivo, cuando se trata de nuestra salud, el primero de los bienes de la tonadilla (salud, dinero y amor) y el que hace posible que disfrutemos de cualquier otra menudencia de la vida, con más motivo, repito, tendrían que estar perfectamente articulados todos los dispositivos asistenciales desde la salida del hospital más suntuoso y tecnificado hasta el sofá del domicilio más modesto, sin que en ese tránsito se produzcan descuidos, errores o lapsos de atención que pongan en peligro nuestra recuperación o nos obliguen a volver forzados a ese deslumbrante centro que acababa de decirnos adiós, como si le hubiésemos tomado cariño.


Es el eterno problema de la coordinación y comunicación entre niveles asistenciales. Tan grande y dañino como el roce de dos placas tectónicas, a tenor de su frecuencia y de las negativas consecuencias que puede tener para los pacientes. Para tratar de poner un poco de luz en este asunto, se ha llevado a cabo en Europa el proyecto HANDOVER, financiado por el 7º Programa Marco de la Unión Europea y en el que colabora España como uno de los cinco países participantes. Su objetivo era identificar las mejores prácticas de comunicación entre atención primaria y atención especializada y evaluar su efectividad en términos de coste e impacto en los pacientes.

Se acaba de publicar un primer adelanto de sus resultados (The European HANDOVER Project: a multi-nation program to improve transitions at the primary care-impatient interface) y las ocho intervenciones que plantean para mejorar la efectividad del proceso de transferencia de pacientes entre el hospital y atención primaria son las siguientes:

  1. Implicar a los pacientes y familiares en el proceso de transferencia primaria-especializada, haciéndoles participar en el intercambio de información entre los dos niveles asistenciales. La efectividad de esta medida es muy variable y depende de cada paciente.
  2. Formación y entrenamiento de los profesionales, en especial reforzando su sensibilización sobre la importancia del proceso de transferencia en la seguridad de los pacientes. Efectividad de moderada a alta.
  3. Coordinación compartida del proceso de transferencia de pacientes entre primaria y especializada. Su efectividad depende de la claridad con la que se definen los diferentes roles y responsabilidades.
  4. Creación de "comunidades de práctica" o grupos de trabajo conjunto primaria-especializada a nivel local. Efectividad potencialmente alta.
  5. Estandarización de procedimientos de trabajo (protocolos, formatos, formularios, etc) para la interrelación primaria-especializada. Efectividad variable y ligada a las acciones de formación y sensibilización.
  6. Registros y tecnología de soporte (historia clínica electrónica). Su efectividad depende del grado de integración y de la información compartida entre los dos niveles asistenciales.
  7. Investigación: financiar proyectos de investigación sobre la mejora del proceso de transferencia de pacientes. Efectiva para identificar las intervenciones más adecuadas a implantar y financiar.
  8. Incentivos económicos para estimular las mejores prácticas en la transferencia de pacientes (por ejemplo mayor pago a centros con menos reingresos). 
A primera vista, no parece que estas medidas una por una sean gran cosa, pero quizá ocurra como con la composición de un cuadro puntillista, que de cerca parecen solo puntos, pero de lejos, en conjunto, dan forma a una magnífica y bella obra de arte impresionista.

Yo creo que deberíamos probar.



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